La Ley es nuestro Ayo para Conducirnos a Cristo


“De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo,” (Gálatas 3:24-25)

La palabra griega para “Ayo” es “paidagogós”, que significa líder de muchacho, siervo cuyo oficio era llevar a los niños a la escuela; un tutor «pedagogo».

El apóstol Pablo habla en figura del esclavo de confianza empleado en los hogares de los griegos y romanos ricos para encargarse de los muchachos entre seis y dieciséis años de edad. Actuó de guardián, cuidando de ellos, disciplinándoles, siendo responsable por su bien moral y físico. Su trabajo era vigilarlos en el hogar y les llevaban a la escuela, pero el ayo (el esclavo) no era superior al maestro.

Aplicado a la ley, esta se comporta como el tutor que nos enseña el camino para llegar a conocer a Cristo. Es la labor que realizó Juan el Bautista, aparejar el camino preparándolo para recibir a Cristo…

“Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.” (Isaías 40:3) Su cumplimiento fue ratificado por el Señor Jesús… “Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas.” (Mateo 3:3)

Mientras permanezca el hombre bajo la ley, estará bajo “esclavitud”, y sujeto a obedecer y cumplir “toda” la ley… 

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3: 10-14)

“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.” (Gálatas 4:4)

Como podemos ver, Cristo vino para liberarnos de la maldición de la ley la cual (ley) ningún hombre pudo cumplir. Solo Cristo.

“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.” (Mateo 5:17)

La palabra griega para abrogar es “katalúo” que significa: desintegrar, demoler, deshacer, destruir.

Cristo vino no solo para cumplir la ley, sino que vino para ponerle fin… “porque el FIN DE LA LEY es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.” (Romanos 10:4)

Y le puso fin por medio de su muerte en la cruz… “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,” (Colosenses 2:14)

Bajo la ley estábamos confinados, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. Todos habían pecado, habían perdido su libertad y, por eso, necesitaban de liberación.

“Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en Jesucristo fuese dada a los creyentes. Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada.” (Gálatas 3:22-23)

La Biblia dice: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” (1 Corintios 10:11) Además de conducirnos a Cristo, la ley es puesta por ejemplo a fin de no cometer los errores de quienes vivieron bajo la ley.

La ley, también conocida por muchos como el Antiguo Testamento, no cita el nombre de Jesús o Cristo debido a que este era un nombre oculto bajo la ley el cual sería revelado a su debido tiempo, cuando Jesús se diese a conocer al mundo…  “Y el ángel del señor respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es oculto?” (Jue 13:18 RV 1602P; RV 1909) Y también dice… “Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.” (Isaías 62:2)

Pero cuando en nombre del Señor Jesucristo es revelado, ya no hay motivo para mantenerlo oculto en el Nuevo Testamento como veremos en los siguientes versículos…

“y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.” (1 Corintios 10:4)

“Por la fe Moisés… “teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.” (Hebreos 11:26)

“escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.” (1 Pedro 1:11)

La ley, como nuestro ayo para conducirnos a Cristo, en forma de figuras nos revela desde el principio la redención por medio de nuestro Señor Jesucristo:

Los animales sacrificados para cubrir a Adán y Eva (Génesis 3:21)
El arca figura del bautismo de Cristo (1 Pedro 3:20-21)
La sangre en los postes y dinteles – figura de la sangre en el poste y dintel de la cruz y también en nuestra casa espiritual. (Éxodo 12: 23)
La celebración de la Pascua – figura de Cristo nuestra Pascua (Éxodo 12)
La serpiente levantada en un asta – figura de Cristo levantado en la cruz  (Número 21:9)
El maná – figura del verdadero Pan de Vida (Juan 6:58)
La vara de Aarón que reverdeció – figura de Cristo resucitado (Número 17:8)
El rito de purificación de la lepra – La avecilla muerta como figura de Cristo cuya sangre purifica a la avecilla que es dejada libre, figura de barrabás (Levítico 14:4-7)
El pan y vino que ofreció Melquisedec (Génesis 14:18)

Cada una de estas figuras da para hacer un estudio detallado de ellas.

Pero no sólo encontramos en la ley figuras (tipos de Cristo), sino que ella está llena de profecías acerca del Señor Jesucristo:

Que nacería de una mujer

Dice que el vendrá “de la simiente de la mujer” (Génesis 3:15) y en (Gálatas 4:4) nos dice que Jesús cumplió esta profecía. “Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley,”

Que nacería de una virgen

El profeta Isaías dice: “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7:14) Su cumplimiento lo encontramos en el capítulo primero de los evangelios de Mateo y Lucas.

Que su nacimiento sería en Belén

“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.”. “Miqueas 5:2

Su cumplimiento lo encontramos en (Mateo 2:1) “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,” Debido al censo decretado por Augusto Cesar, todos los habitantes de Israel se vieron obligados a regresar a su lugar de origen para empadronarse, cumpliendo de esta forma la profecía de Miqueas (Ver Lucas Cap. 2).

Que los niños serían muertos en Belén

“Así ha dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron...” (Jeremías 31:15)

“Herodes entonces, cuando se vio burlado por los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos. Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron...”. (Mateo 2:16-18)

Que debería huir a Egipto

“Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.” (Oseas 11:1)

 “Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.” (Mateo 2:14-15)

Que su orden sacerdotal es eterno

“Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec.” (Salmos 110:4) y su cumplimiento lo encontramos en (Hebreos 5:6)… “Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.”

Jesús citó profecías que se refieren a Él

Al leer Isaías en la sinagoga de Nazaret, afirma: “Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.” (Lucas 4: 21). A los fariseos que rehúsan creer en El, les dice: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” (Juan 5: 39).

Que sería descendiente de la tribu de Judá

“No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos.” (Génesis 49:10)

Su cumplimiento: “hijo de Aminadab, hijo de Aram, hijo de Esrom, hijo de Fares, hijo de Judá,”. (Lucas 3:33)

Su predicación en Galilea y en las cercanías del río Jordán

Isaías 8:23 “En un primer tiempo, el Señor humilló al país de Zabulón y al país de Neftalí, pero en el futuro llenará de gloria la ruta del mar, el otro lado del Jordán, el distrito de los paganos

Isaías 9:1 “El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz.”

“Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: “¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones! El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz”. (Mateo 4:12-16)

El desprecio del pueblo judío

Isaías 53:3 “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.”.

“A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” (Juan 1:11)

Su entrada triunfal en Jerusalén sobre un pollino

Zacarías 9:9 “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”.

Juan 12:13-15 “tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito: No temas, hija de Sion; He aquí tu Rey viene, Montado sobre un pollino de asna.”.

Que sería traicionado por uno de los suyos

Salmos 41:9 “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.”.

Marcos 14:10 “Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los principales sacerdotes para entregárselo.”

Que sería vendido por 30 piezas de plata

Zacarías 11:12 “Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata.”

Mateo 26:15 “y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.”

Que el precio de su venta sería devuelto

Zacarías 11:13 “Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al tesoro.”

Mateo 27:5-7 “Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó. Los principales sacerdotes, tomando las piezas de plata, dijeron: No es lícito echarlas en el tesoro de las ofrendas, porque es precio de sangre. Y después de consultar, compraron con ellas el campo del alfarero, para sepultura de los extranjeros.”.

Que no abriría su boca

Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”.

Mateo 26:62-63 “Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.”

Que padecería por los demás

Isaías 53:4-5 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”.

Mateo 8:16-17 “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.”.

Que sería crucificado con malhechores

Isaías 53:12 “Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”.

Mateo 27:38 “Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda.”

Que sus manos y pies serían perforados

Salmos 22:16 “Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Horadaron mis manos y mis pies.”.

Juan 20:27 “Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.”




Que sería escarnecido y despreciado

Salmos 22:6-8 “Mas yo soy gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jehová; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía.”

Mateo 27:39-40 “Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.”

Que le darían a beber vinagre

Salmos 69:21 “Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre”.

Juan 19:29 “Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca”.

Que su costado sería traspasado

Zacarías 12:10 “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”

Juan 19:34 “Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua”.

Que sobre sus ropas echarían suertes

Salmos 22:18 “Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes”.

Marcos 15:24 “Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaría cada uno”.

Que ninguno de sus huesos serían quebrados

Salmos 34:20 “El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado”.

Juan 19:33 “Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”.

Que sería sepultado en una tumba de ricos

Isaías 53:9 “Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.”

Mateo 27:57-60 “Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también había sido discípulo de Jesús. Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le diese el cuerpo. Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia, y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue”.

Que resucitaría después de su muerte

Salmos 16:10 “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción”.

Mateo 28:9 “He aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron”.

Que ascendería al cielo

Salmos 68:18 “Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomaste dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para que habite entre ellos Dios”.

Lucas 24:50-51 “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo”.

Conclusión

Como hemos visto, la ley nos conduce a Cristo. Cabe señalar que la Ley no es “maldita” (Romanos 7:7) sino que los hombres estaban bajo maldición, la maldición del pecado, porque ninguno pudo cumplir en su totalidad las ordenanzas de la Ley.

Pastor José García, diciembre de 2017.-