Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes en Chile


El 26 de Diciembre de 2005 el ex Presidente de la República, Sr. Ricardo Lagos Escobar, firmó el decreto supremo N°142 que instituye el 31 de octubre como Día Nacional de las Iglesias Evangélicas y Protestantes, indicando que fue: 

“una forma de agradecer el aporte que estas iglesias han realizado en forma permanente y sostenida a nuestra historia, a la conformación de una patria más fraterna, solidaria y humana”. 

Agregó, además, que...

“declarar este día nacional, es una manera de relevar la significación histórica y social de estas expresiones de la fe cristiana en Chile, las hondas raíces de la cultura cristiana evangélica, que se remontan a la acogida de O’Higgins al reverendo Diego Thompson, hecho que abrió espacio al primer ámbito plural y de tolerancia en los inicios de nuestro joven país”.

Mediante la Ley N° 20.299  del 10 de octubre de 2008, la Presidenta de la República Dra. Michelle Bachelet Jeria, promulga esta ley para realzar y reconocer el rol que las iglesias evangélicas y protestantes han jugado en Chile a través de la historia.

Con todo, algunos legisladores defendieron la iniciativa puesto que existen ocho festividades católicas que son celebradas como feriados nacionales.

Además, destacaron el rol social que han cumplido las Iglesias Evangélicas y Protestantes y su importante papel en la construcción de la identidad nacional, especialmente con la distribución de la Biblia y la rehabilitación de personas que han sido una real contribución a la nación, tema que lo corrobora el Censo de Población del 2002, el cual da a conocer que los  fieles evangélicos y protestantes en Chile es de 15, 1% y en el Censo del 2012 superan el 16,4% de habitantes en el país.


(Fuente: Sociedad Bíblica Chilena)

¿Pero por qué el 31 de octubre? 

Ese día, el monje Martín Lutero clavó sus “95 tesis” en la puerta de la iglesia de la ciudad alemana de Wittenberg, marcando sus diferencias con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, institución oficial a nivel religioso en aquella época.

Paralelamente se celebra Halloween

La historia del Halloween se remonta a hace más de 2.500 años, cuando el año celta (bretones, galos, escoceses e irlandeses) terminaba al final del verano, precisamente el día 31 de octubre de nuestro calendario.

El ganado era llevado de los prados a los establos para el invierno. Ese último día, se suponía que los espíritus podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para resucitar.

Para evitarlo, los poblados celtas ensuciaban las casas y las "decoraban" con huesos, calaveras y demás cosas desagradables, de forma que los muertos pasaran de largo asustados.

De ahí viene la tradición de decorar con motivos siniestros las casas en la actual víspera de todos los santos y también los disfraces.

¿Cómo se originó?

El haber escogido la fecha del 31 de octubre no es mera coincidencia. Ésta es la fecha de uno de los cuatro grandes aquelarres, los cuatro días de "medio trimestre" del calendario céltico.

Se piensa que el 31 de octubre era la noche en que el velo de los espíritus de los muertos y los vivos era más delgado. Había que aplacarlos o "hacerles un regalo", pues de otro modo les harían diabluras a los vivos. 
En la cima de las colinas se encendían grandes hogueras para ahuyentar a los espíritus malos y aplacar a las potestades sobrenaturales que regían los procesos de la naturaleza.

La costumbre de celebrar Halloween en nuestro país, comenzó tímidamente en algunos barrios de la capital chilena en los años 80, "importada" por norteamericanos que vivían en Chile.

Historia de las Iglesias Protestantes

Debido a los errores de la Iglesia Católica, que durante mucho tiempo había estado atesorando bienes materiales y se había empeñado en una lucha por el poder terrenal, las capas sociales más bajas, campesinos, artesanos y comerciantes estaban descontentos con las jerarquías eclesiásticas, que se llevaban el diezmo de sus bienes y de los que prácticamente no recibían nada a cambio.

La vida de lujo y pecado de los cardenales y obispos en Roma era bien conocida por toda la población de Europa e incluso reyes y emperadores sentían rencor al Papado que interfería frecuentemente en el gobierno.

Ya desde el siglo XIII, con San Francisco de Asís, se planteaba la cuestión de si la Iglesia debería acumular riquezas o debería repartirlas entre los pobres.

John Wycliffe

En el siglo XIV John Wycliffe, en Inglaterra, defendió varias opiniones que atentaban contra la autoridad de la Iglesia, criticando las riquezas del papado y las indulgencias mediante las que los ricos podían comprar el perdón para determinados pecados, incluso por anticipado.

También hizo que la Biblia se tradujera al inglés y encomendó a discípulos suyos, conocidos como Los Predicadores de los Pobres, para que predicaran en inglés, cuando el Vaticano imponía el latín en todas las predicaciones.

Después de muerto, la Iglesia lo consideró hereje e hizo que, 44 años después de su muerte, su cuerpo fuera desenterrado y quemado en la hoguera, pero sus ideas calaron hondo en el ánimo de Jan Hus.

Jan Hus

(También llamado John o Juan Huss; Husinec, Bohemia, 1369 - Constanza, 1415) Impulsor de la reforma eclesiástica checa.

Nació en una familia campesina pobre del suroeste de Bohemia. Sin embargo, consiguió estudiar Teología y Artes en la Universidad de Praga y ordenarse sacerdote (1400).

En 1402 fue nombrado rector de la Universidad, apoyado por el sentimiento particularista checo frente a la dominación germánica.

Hus empezó desde 1405 a predicar contra la excesiva riqueza de la Iglesia y la inmoralidad del clero, reclamando la vuelta a la pureza del mensaje evangélico.

Hus fue excomulgado por el papa (1411), pero continuó su campaña y publicó sus tesis en su libro principal, De Ecclesia.

Fue llamado a justificarse al Concilio de Constanza (1415), adonde acudió con un salvoconducto del emperador Segismundo; una vez allí, se negó a retractarse de sus ideas y fue quemado en la hoguera por orden del emperador.

La muerte de Hus le convirtió en un héroe nacional para los checos.

Martín Lutero

El desarrollo de la imprenta a mediados del siglo XV hizo que las ideas anticlericales tuvieran una mayor difusión y cuando Lutero, en 1517, publicó sus 95 tesis contra las indulgencias papales, pudo difundir sus ideas mucho más que sus predecesores.

Excomulgado por el Papa, condenado por el emperador, perseguido por ejércitos y sacerdotes, Lutero se mantuvo oculto durante más de un año traduciendo la Biblia al alemán y escribiendo panfletos que eran publicados y distribuidos masivamente. 

El resultado fue una revuelta de los campesinos que pensaron encontrar una liberación de la tiranía eclesiástica.

Lutero, sin embargo, no pretendía causar una guerra por lo que publicó un panfleto en el que exhortaba a los campesinos a abandonar las armas.

Ante esta actitud de Lutero, muchos nobles se volvieron partidarios suyos.

Carlos V

Tras el fin de la revuelta, Carlos V concedió que cada estado pudiera decidir, dentro de su propio territorio, sobre cuestiones religiosas, pero en 1529 la mayoría católica hizo que se derogase esta norma. Los luteranos elevaron su más enérgica protesta, lo que les hizo ganar el apodo de "protestantes".

Carlos V estaba empeñado en acabar con los luteranos, pero distraída su atención con varias guerras contra Francia y los turcos, no pudo enviar tropas hasta quince años más tarde.

El nacimiento de las diversas corrientes doctrinarias
Para entonces ya era tarde: El luteranismo se había convertido en la fe de más de la mitad de la población de Alemania y aunque se perdieron batallas al principio los luteranos consiguieron ganar la libertad religiosa.

De una forma algo más pacífica las ideas protestantes se infiltraron en muchos países europeos, unas veces apoyadas por la burguesía, otras por la nobleza, en ocasiones directamente por la monarquía.

Apenas cincuenta años después de morir Lutero, el Protestantismo había cambiado por completo el mapa de la sociedad.

La idea fundamental del protestantismo es que la Biblia es la Palabra de Dios pero al contrario de lo que siempre afirmaron los católicos, cualquiera puede interpretarla y comprenderla.

Así, libres de la autoridad eclesiástica, los protestantes pueden leer la Biblia y tras meditar en lo que han leído pueden sacar sus propias conclusiones, las que posteriormente podrán ser discutidas con otras personas.

Esto ha hecho que a lo largo de los años hayan surgido numerosas iglesias, cada una con una interpretación distinta de diversos pasajes de la Biblia, pero también ha contribuido a darle un valor al pueblo, libre por fin de la autoridad religiosa, que fue el primer paso para la democracia.

La traducción de la Biblia a los diversos idiomas europeos, favorecida también por el auge de la imprenta, ha contribuido a la difusión de la cultura, haciendo que en los países protestantes el analfabetismo descendiera de forma impresionante.

Pastor José: 31 de octubre de 2009, actualizado el 24 de abril de 2016.