Sublime Gracia


La palabra sublime significa: excelso, eminente, de elevación extraordinaria y la palabra gracia en su tercera definición dice: Don o favor que se hace sin merecimiento particular; concesión gratuita.

Por lo tanto, el título de este estudio tomado de un famoso himno, sería… “Extraordinario regalo de Dios al hombre”.

En la sección “Videos” podrá encontrar dos relacionados con este himno, el primero de ellos habla sobre su autor y el segundo sobre una interpretación magistral del Hermano Wintley Phipps.

Este regalo es conocido como la Gracia de Dios, es un acto bondadoso del corazón de Dios para los que “creen” “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”  (Juan 3:16)

Ejemplo de gracia inmerecida: Un padre le promete a su hijo que si aprueba el examen final de su carrera en la Universidad, él le regalará un viaje al extranjero.

El hijo reprobó el examen y apesadumbrado le dice a su padre… no pude ganar el viaje que me prometiste. El padre al verlo tan triste le responde: vi que te esforzaste mucho y me imagino que el examen estuvo muy difícil; reconozco que no te ganaste el viaje, pero aun así yo te lo voy a dar.

El hijo fue favorecido con algo que no merecía y lo menos que puede suceder con él, es tener una actitud de agradecimiento a su padre.

Ilustración 1

Favor no merecido 

Cuando una persona trabaja ocho horas al día y recibe un pago justo por su tiempo, eso se llama salario. 

Cuando una persona compite con otra y recibe un trofeo por su desempeño, eso es un premio. 

Cuando una persona recibe un reconocimiento apropiado por sus muchos años de servicio y sus altos logros, eso es un reconocimiento. 

Pero cuando una persona no es capaz de ganarse un salario, ni de ganar un premio, y ni merece reconocimiento vemos un cuadro del favor no merecido de Dios. Esto es lo que estamos tratando de decir cuando hablamos de la gracia de Dios.

La mayor promesa de nuestro Padre celestial, es que si le somos fieles y perseveramos hasta el fin, Él nos dará la vida eterna. En este caso no debemos fallar porque si no guardamos sus promesas, nuestro nombre puede ser borrado del libro de la vida.

El Señor Jesucristo ya perdonó nuestros pecados de muerte y lo hizo ofreciendo su propia vida en la cruz a cambio de la nuestra. ¿Quién no sabe que Él derramó su sangre inocente para el perdón de nuestros pecados?

Ilustración 2

Un hombre muere y es trasladado al cielo. 

Por supuesto que encuentra a San Pedro esperándole a la entrada y dice al hombre, "Así es como funciona. 

Tú necesitas 100 puntos para poder entrar en el cielo.

 Tú me vas a decir todas las buenas obras que hiciste, y yo te asignaré una cierta cantidad de puntos por cada cosa, dependiendo de qué tan buena fue. 

Cuando acumules 100 puntos, entonces podrás entrar. 

"OK", dice el hombre. 

"Pues estuve casado con la misma mujer por unos 50 años y nunca la engañé…ni en mi corazón.” 

¡Magnífico!, dice San Pedro. "Eso sí que vale tres puntos”. ¿Tres puntos?", pregunta el hombre. 

"Pues, también asistí a la iglesia toda mi vida y la sostuve con mis diezmos, ofrendas y servicio.” 

¡Maravilloso!, dice San Pedro. "Eso por cierto que tiene un valor de un punto.”

¡Un punto!, exclama el hombre. 

"Pues, ¿Qué te parece esto? Estuve trabajando entre los pobres de mi ciudad, dándoles de comer y ropa también.” 

¡Fantástico!, dice San Pedro. "Otros dos puntos a favor de tu cuenta.” 

¡Dos puntos!", grita el hombre. Si sigo así será solamente por la gracia de Dios que podré yo entrar al cielo.” 

¡BIENVENIDO!", dijo San Pedro. 

La gracia de Dios no solo se manifestó cuando entregó en Jesucristo, su vida a cambio de la nuestra, sino que su gracia nos capacita para emprender la obra evangelizadora por todo el mundo.

En el libro del Éxodo capítulo tres y cuatro, encontramos a Moisés manifestando como el común de los hombres, su incapacidad y sus dudas con respecto a la misión que Dios le iba a encomendar…

Las justificaciones y dudas de Moisés:

3:11 "¿Quién soy yo?"
3:13 "¿Quién eres Tú?"
4:1 "Ellos no me creerán."
4:10 "No soy elocuente."
4:13 "Señor, envía a otro."

El Señor había dicho a Moisés  “Ve, porque yo estaré contigo” (Éxodo 3:12), pero él siguió  manifestando su incapacidad por lo cual Jehová se tuvo que enojar con él y le dijo…  “él (refiriéndose a su hermano Aarón) te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él (para Aarón) en lugar de Dios.” (Éxodo 4:16)

Luego, por la gracia de Dios en él, emprendió el viaje a Egipto a fin de liberar al pueblo de Israel con la “mano fuerte de Jehová” (Éxodo 13:3)

Caso semejante aconteció con Gedeón:

Jue 6:15 “¿con qué salvaré yo a Israel?”
Jue 6:15 “mi familia es pobre en Manasés”
Jue 6:15 “y yo el menor en la casa de mi padre”

El ejército de Madián estaba devastando la tierra de Israel. El pueblo de Israel se había escondido en cuevas en los montes y cavernas, y lugares fortificados.

Cuando Israel sembraba los campos, venían los Madianitas, Amalecitas y los hijos del oriente y los atacaban devastándolo todo y causando gran hambruna (Jueces 6:1-24)

Gedeón había respondió a Dios diciendo: “Ah, señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto? ¿Y dónde están todas sus maravillas, que nuestros padres nos han contado, diciendo: No nos sacó Jehová de Egipto? Y ahora Jehová nos ha desamparado, y nos ha entregado en mano de los madianitas.”  (Jueces 6:13)

Pero a pesar de su temor e incapacidad, con la gracia de Dios (poder que capacita al hombre para los propósitos divinos) Gedeón salvó a Israel. Y lo hizo con un pequeño grupo de 300 hombres.

¡Fue la GRACIA de Dios lo que hizo la diferencia!



Cuando Jehová en los días de Noé, vio que la maldad de los hombres en la tierra era mucha, decidió raer al hombre. (Extirpar enteramente algo, Raspar una superficie quitando pelos)

Pero no solo vio Jehová la maldad de los hombres, sino que también vio en un solo hombre la justicia de Dios (Noé, pregonero de justicia)

 “Empero Noé halló gracia en los ojos de Jehová.” (Génesis 6:8)  

Por la justicia de Noé, Dios dejó descendencia.

En la ciudad de Sodoma no había cincuenta, ni cuarenta, ni treinta ni diez justos. Solo había uno, Lot, el cual afligía su alma con el ver y oír los hechos de los injustos… 

“(Porque este justo, con ver y oír, morando entre ellos, afligía cada día su alma justa con los hechos de aquellos injustos;)” (2 Pedro 2:8

“Es por la misericordia de Jehová que no somos consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias.” (Lamentaciones 3:22)
  
De tal manera que estando todos nosotros muertos en nuestros delitos y pecados, por la sublime gracia de nuestro Señor Jesucristo, tenemos vida y con la oportunidad de hallar gracia también en los ojos del Señor.

“Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,” (Efesios 2:1)

¿Cómo se  recibe la gracia de la salvación?

“Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios” (Efesios 2:8)

No por Obras.

“no por obras para que nadie se glorié” (Efesios 2:9

La palabra “obras” en griego “ergo” sig. Esfuerzo, acciones. 

Entonces podemos decir que la salvación no es por nuestros esfuerzos o buenas acciones, porque entonces pasaría lo que dice el final del versículo 9: “nos gloriaríamos.”  

Por eso nadie puede recibir la salvación por las buenas obras que haga, en caso contrario, las personas harían cosas por rivalidad o competencia a fin de ver quién hace el esfuerzo más grande o la obra más destacada como es el caso del siguiente ejemplo:

Lucas 18:9-14  El Publicano y el Fariseo.

Vers. 11 La actitud del fariseo a sus ojos. El fariseo hablaba consigo mismo y de sí mismo, oraba de pie,  él podía ver los pecados de otros, pero no los suyos; él se jactaba, pero  regresó a su casa peor que como había venido; oraba, agradecía a Dios, “según él, no pecaba”, él decía que no era ladrón, malvado, adultero, ni cobrador de impuestos, ayunaba y diezmaba. 

Vers. 13 La actitud del publicano. De lejos, no se atrevía a levantar sus ojos, se golpeaba el pecho. El publicano se concentró en su necesidad y admitió con franqueza que era un hombre pecador, el oraba a Dios, fue oído y regreso a su casa justificado.


Justificado: dikaios= quiere decir «declarado inocente, sin culpa».

Entonces la salvación no es por obras, sino por gracia por medio de la fe.

El pecador es justificado gratuitamente, no da nada a cambio ya que es un regalo absoluto.

Al apóstol Pablo el Señor le dijo "…Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…" (2 Corintios 12:9).

LA GRACIA SOBRE NUESTRAS VIDAS

En nuestra relación con Dios, a medida que caminamos con El día a día, nos encontramos con situaciones que constantemente tratan de agobiarnos. Nuestra respuesta a Dios debe ser confiar en Su palabra. Debemos expresar nuestra confianza por medio de la obediencia.

Esto comprueba que nosotros creemos lo que dice la palabra de Dios a pesar de lo que las circunstancias puedan indicar.

La respuesta de Dios a nuestra fe es Su gracia: Su poder capacitador, el cual, hace que obtengamos la victoria en cada situación.

Dos promesas muy importantes
  1. Tenemos Pleno Acceso Al Trono De La Gracia "Acerquémonos, pues, confiadamente al TRONO DE LA GRACIA, para alcanzar misericordia y HALLAR GRACIA PARA EL OPORTUNO SOCORRO" (He 4:16). 
  2. Dios Es Poderoso... "Y poderoso es Dios para hacer que ABUNDE en vosotros TODA gracia, a fin de que, teniendo siempre en TODAS las cosas TODO lo suficiente, ABUNDÉIS para TODA buena obra" (2 Co 9:8).
Conclusión.

¿Por qué Dios nos salva solo por fe?

  • Porque la fe separa la presunción de nuestros esfuerzos y acciones humanas, ya que la fe no es algo que hacemos.
  • La fe honra lo que Dios ha hecho y no lo que la gente hace. 
  • La fe nos muestra que no podemos cumplir con la Ley  y que necesitamos ayuda.
“¿Luego deshacemos la ley por la fe? En ninguna manera; antes establecemos la ley.” (Rom3:31)

Jogar, 25 de junio de 2011