El Don de Profecía



Significado de las palabras Don y Profecía:

La palabra “Don” proviene del griego “járisma” y tiene por significado dádiva divina, concesión espiritual, facultad milagrosa.

La palabra “profecía” (hablar en nombre de Dios), proviene del griego “profeteía” y significa predicción bíblica u otra.

El don de profecía se trata entonces de una facultad divina para predecir en nombre de Dios.

En el hebreo se designa al profeta con dos nombres muy significativos: El primero es "nabí" que significa "extático", "inspirado", a saber por Dios. El otro nombre es "roéh" o "choséh" que quiere decir "el vidente", el que ve lo que Dios le muestra en forma de visiones, en sueños, etc., ambos nombres expresan la idea de que el profeta es instrumento de Dios.


Los Profetas en el Antiguo Testamento:

Los profetas que profetizaron bajo la Ley duraron hasta los días de Juan el Bautista… “La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.” (Lucas 16:16)

Es Dios quién revelaba al oído de los profetas su consejo para apartarlos de su soberbia… “Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo, Para quitar al hombre de su obra, Y apartar del varón la soberbia.”  (Job 33:14-17)

Los  Profecías bajo el Antiguo Testamento:

Es fácil ser arrastrado por los deseos de nuestro corazón que es “engañoso y perverso” (Jeremías 17:9) Por tal razón, muchos falsos profetas se levantaron y se levantarán profetizando mentiras que desvían a los hijos de Dios del verdadero camino.

Las profecías podían ser entregadas a solicitud de un rey que quería saber si Dios iba a entregar sus enemigos en derrota; para advertir de algún peligro; para dar a conocer que Dios estaba molesto por el pecado de idolatría del pueblo (Jeremías), etc.

Las profecías podían ser:
  • Para todo el pueblo (como Jonás predicando a los habitantes de Nínive)
  • Para alguien en particular (como es el caso de la profecía de Natán al rey David o de Agabo al Apóstol Pablo)

El profeta de Dios era motivo de gran bendición para la nación de Israel, era la “voz de Dios” por medio de la cual eran conducidos, sin duda alguna, por el camino correcto.

Falsos Profetas del Antiguo Testamento:


 En la antigüedad, por ejemplo, tenemos al profeta Balaam que fue contratado por Balac el Rey de Moab para maldecir al pueblo de Israel (Números 22:5-6), el profeta Hananías de Gabaón (Jeremías 28:15) que profetizó contradiciendo lo anunciado por el profeta Jeremías (Jeremías 28:1-4), y durante el reinado de los reyes Acab de Judá y Josafat de Israel, que se encontraban en guerra contra Siria, consultaron alrededor de  400 profetas que señalaban la victoria sobre los sirios, lo que resultó ser una engañosa profecía que solo buscaba satisfacer los deseos de victoria del rey Acab. (1 Reyes 22:-1-25)

Bajo la Ley al falso profeta no le era impedido hablar porque de esta manera Dios probaba a su pueblo…  “Cuando se levantare en medio de ti profeta, o soñador de sueños, y te anunciare señal o prodigios, y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.” (Deuteronomio 13:1-3)

En el contexto podemos observar que Dios prueba a su pueblo por medio de los falsos profetas, por sobre las señales y prodigios que estos efectúen, el pueblo, si es retenedor de los mandamientos de Dios, debe percatarse cuando el mensaje de ellos insta a ir en el camino de la idolatría.

El castigo para los falsos profetas:

Así como Dios castiga al pueblo que no guarda sus mandamientos, el falso profeta es castigado con la muerte por lapidación… “No consentirás con él, ni le prestarás oído; ni tu ojo le compadecerá, ni le tendrás misericordia, ni lo encubrirás, sino que lo matarás; tu mano se alzará primero sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo. Le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró apartarte de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; para que todo Israel oiga, y tema, y no vuelva a hacer en medio de ti cosa semejante a esta.” (Deuteronomio 13:8-11)




 Al igual que en los tiempos antiguos, ahora sucede lo mismo. Se levantan profetas diciendo soñé, soñé, Dios me ha hablado, así dice el Señor, etc., pero lo que no meditan es si verdaderamente Dios les ha hablado o bien es producto de sus propias concupiscencias… “sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,” (2 Pedro 3:3), y dice a continuación… “…estos ignoran voluntariamente…” (2 Pedro 3:5), es decir con conocimiento de causa.

Nota: Concupiscencia viene de la palabra griega “epidsumía” que significa desear lo prohibido, y del latín “concupiscentĭa” que significa deseo de bienes terrenos y, en especial, apetito desordenado de placeres deshonestos, lo que nos recuerda en especial, la conducta del profeta Balaán.

En el libro de Eclesiastés 5:7 dice: “Donde abundan los SUEÑOS, también abundan las vanidades y las muchas palabras; mas tú, teme a Dios.”. Es muy común escuchar a personas relatar sus sueños sin interpretar primero si estos van acorde a las enseñanzas de Dios, porque en caso contrario se exponen al castigo divino… “Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé.” (Jeremías 23:25)

“Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dicen: Él ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.” (Jeremías 23:31-32)

El Don de Profecía en el Nuevo Testamento:

Antes de hablar sobre el don de profecía, es necesario aclarar que los dones no escapan del control humano y tampoco anula la voluntad de quién los recibe, por esta razón a los hermanos de Corinto el apóstol Pablo le escribe en 1 Corintios capítulo 12 acerca de los dones espirituales, diciéndoles que estos eran una señal de la continua y eficiente presencia del Espíritu Santo en la iglesia, que es el cuerpo de Cristo, del cual Él, Cristo, es la cabeza.

Cuando les dice “no quiero hermanos, que ignoréis”, se refiere a la condición de cristianos en la cual ahora se encuentran, haciéndoles notar  la diferencia sobre ese particular luego del bautismo del Espíritu Santo y fuego.


Les dice “que cuando erais Gentiles,”… “que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos.” (1Cor 12:2) El griego es más bien: “como fueseis llevados,” esto es, al antojo, en diferentes ocasiones. 

Los oráculos paganos guiaban a sus admiradores a la aventura, sin principios definidos algunos. “a los ídolos mudos”—el griego: “a los ídolos que son mudos”: en contraste con el Dios viviente que “habla” en el creyente por su Espíritu (v. 3, etc.). Esto da la razón por qué los corintios habían menester de instrucción respecto de los dones espirituales, a saber, su pasada condición pagana, en la que no experimentaron poderes espirituales inteligentes. Ciegos, acudíais a los mudos.

“Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada. Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.” (Mateo 15:13-14)


Dentro del capítulo 12 de 1 Corintios, se encuentra el Don de Profecía…

“A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” (1 Corintios 12:10)

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.” (1 Corintios 12:28)

“¿Son todos apóstoles? ¿son todos profetas? ¿todos maestros? ¿hacen todos milagros?” (1 Corintios 12:29)

El propósito de los dones:

Ningún creyente tiene todos los dones del Espíritu. Esto es importante porque significa que los cristianos nos necesitamos los unos a los otros.

“Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.” (1 Corintios 12:7)

La palabra provecho viene del griego “sumféro” y significa “soportar juntos” o “contribuir juntos”

“Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia.” (1Corintios 14:12)

¿Es bíblico en estos tiempos que algún hermano o pastor profetice a otra persona o hermano?

Si es bíblico o no, lo podemos ver en los siguientes versículos:

“A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas.” (1 Corintios 12:10)

“Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.” (1 Corintios 12:28)

“De manera que, teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;” (Romanos 12:6)

“No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.”  (1 Tesalonicenses 5:19-21)

“Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia,” (1 Timoteo 1:18)
Como podemos ver, es totalmente bíblico ya que se trata de un Don del Espíritu Santo conferido para nuestra “mutua edificación, para “provecho” del cuerpo de Cristo que es la iglesia.

Pero al igual que en el Antiguo Testamento, en el Nuevo también se nos advierte de los falsos profetas…

“Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos;” (Mateo 24:11)

“Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.” (Mateo 24:24)

¿Cómo podemos darnos cuenta de que estamos frente a un falso profeta?



La Biblia dice… 1 Juan 4:1 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.”

La única manera es comprobando si ellos hablan conforme a la Palabra de Dios. Si ellos dicen algo que contradice las enseñanzas bíblicas, estamos frente a un falso profeta que habla por sí mismo.

“Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad.” (2 Corintios 13:8)

Cabe señalar que existe un grave problema para quienes son malos lectores de la Palabra de Dios, porque no tienen como comparar los dichos de un falso profeta con el conocimiento de las enseñanzas bíblicas.

Dejo a continuación un versículo abreviado que dice una gran verdad al respecto: “… Mi pueblo fue destruido, porque le faltó CONOCIMIENTO…” (Oseas 4:6)}

Muchas veces las profecías que se entregan en las iglesias carecen de un respaldo bíblico, la mayoría de ellas dicen “Dios te quiere para cosas grandes” como si no comprendiésemos que el Señor por su Palabra nos dice que nos llamó para obtener la vida eterna. Habrá algo más grande que esto, pienso que no.

Cuando comparamos las profecías bíblicas con aquellas que escuchamos en nuestros días, observamos una gran diferencia tanto en la forma como en los propósitos. Todas las cosas se deben de hacer con orden “táxis” (en su tiempo y con dignidad); y con decencia “eusjemónos” (honestamente, honradamente).

Así dice la Biblia: “Así que, hermanos, procurad profetizar; y no impidáis el hablar lenguas. Empero hágase todo decentemente y con orden.” (1 Co 14:39-40)

Nadie que profetiza debe de hacerlo como quién está en trance, como en un éxtasis (misticismo), ya que los profetas al dar a conocer la voluntad de Dios lo hacían conscientemente… “Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;” (1Corintios 14:32)

La palabra sujetos en griego, es “hupotasso”  Strong #5293: Literalmente, «estar debajo». La palabra sugiere subordinación, obediencia, sumisión, servicio. 

El don divino del hablar profético es puesto bajo el dominio y la responsabilidad del que lo posee.

Mucho más se podría hablar sobre este don en particular, pero espero que la información proporcionada sea suficiente como para que usted saque sus propias conclusiones basadas en la Palabra de Dios.

Bibliografía: Diccionario Bíblico Strong, Biblias Reina Valera v. 1960, Reina Valera v. 1909 y versión Reina Valera Purificada 1602.

Gracia y paz en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Jogar, 12 de junio de 2014.-