Dispuestos para Toda Buena Obra


Objetivo: Dar a conocer a la hermandad que Dios siempre está preocupado de que su pueblo esté solícito en trabajar en la viña del Señor, a modo de tener fuerzas para poder resistir en el tiempo malo y ganar almas para Cristo.

Texto áureo: “Si fueres Flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida” (Proverbios 24:10)

El hombre siempre se ha preocupado de trabajar para poder obtener su sustento diario, y sabe que si no lo hace, no tiene con qué comer ni abrigarse, por lo tanto lo asume como una necesidad que le impone una obligación para con su propia vida y familia.  

Esta necesidad hace que tal hombre sea responsable con su trabajo para poder sostenerse en él sin que lo despidan; esta responsabilidad le lleva a ser cuidadoso con los horarios, con la calidad y cantidad de labores encomendadas y más aún, a soportar muchas veces vejaciones por parte de los jefes y/o compañeros de trabajo.  Todo esto lo soporta, a veces con aflicción, sufriendo las frías mañanas de invierno, el calor del verano y el cansancio propio de la labor realizada.

Este trabajo se refiere a la preocupación por el pan cotidiano,... pero ¿qué pasa con la necesidad de sustento del alma? ... ¿qué tipo de trabajo es necesario llevar a cabo para satisfacer la necesidad del alma?..¿Es necesario trabajar para poder sostener el alma en buena condición ante Dios?


El texto áureo nos dice que sí: “Si fueres flojo en el día de trabajo...”, esto se aplica tanto para el trabajo físico, mental y espiritual, entonces ...”tu fuerza será reducida”, cuando una persona se ejercita constantemente levantando pesas, fruto de un programa de ejercicios cumplido estrictamente, al cabo de un tiempo puede mostrar sus progresos luciendo un cuerpo esbelto, musculoso y con mayor fuerza, pero si deja de mantener su rutina de ejercicios, desaparecen esos músculos y su fuerza es reducida.  

En el ámbito espiritual es lo mismo, debemos de ejercitarnos en la PIEDAD... “Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” (1 Timoteo 4:7-8). 

El ejercitarse en la piedad implica llevar a cabo el ministerio de amor que Cristo nos legó para que trabajemos en él. 

Veamos algunos ejemplos por las Sagradas Escrituras: En Deuteronomio 4:40 dice... “Y guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, y prolongues tus días sobre la tierra que Jehová tu Dios te da para siempre”.  

El guardar los mandamientos de Dios lleva para el creyente una gran bendición sobre la tierra, con largura de vida y bendición para su familia., en Eclesiastés 8:12 dice: “Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante su presencia.”. 

Puede suceder escuchar a más de alguien decir conocer a alguien que siendo pecador haya vivido o viva muchos años, pero la diferencia está en que la bendición de Dios viene sobre los que le temen.  

En Isaías 3:10 dice: “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos.”  Si somos justos nunca nos faltará para nuestro sustento, por lo tanto seamos justos en nuestro trabajo cotidiano y veamos la recompensa de Dios... “Palabra fiel es esta, y digna de ser recibida por todos” (1 Timoteo 4:9).  

En Isaías 65:22 dice: “No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos.”   

Es decir, el ejercicio de la piedad trae consigo muchas bendiciones para los  que temen a Dios... es por ello el Apóstol Pablo reitera a Tito las palabras dichas a Timoteo diciendo: “Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras.  Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.” (Tito 3:8).

Recuerde el texto áureo que dice: “Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida” (Proverbios 24:10)

Siempre el hombre se ha preocupado de no fallar en el trabajo material, dedicando la mayor parte de su tiempo a él, pero no sucede lo mismo con la obra del Señor; de las 24 horas que tiene cada día, 8 dedicamos para trabajar en lo material, otras 8 como promedio, dedicamos para dormir, 5 dedicamos para divertirnos, ir de compras, compartir con la familia y sólo tres dedicamos al servicio de la obra de Dios durante tres días a la semana, por lo tanto las 5 horas se convierten en 8 los días que no hay cultos de adoración. 

Pienso que no debemos conformarnos con una vida rutinaria dentro del Evangelio, sino que siempre debemos de pensar en algo más... “así también nosotros andemos en novedad de vida”. (Romanos 6:4, versión RV antigua).

Es muy importante y necesario el trabajo espiritual, Jesús que es nuestro ejemplo se refirió a ello diciendo: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo.” (Juan 5:17). 

El trabajo en el Señor como hemos visto es de mucho provecho: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” (1 Corintios 15:58). Esto queda demostrado en el siguiente versículo... “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.” (Hebreos 6:10).  

Siempre el trabajo en alguna medida está relacionado con el “comer del fruto de tu trabajo”, por ello en Apocalipsis 2:2 dice: “Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos”.... y continúa diciendo en el versículo 7 breve “Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”, cada vez que vencemos, nos “da de comer del árbol de la vida” para que resistamos al maligno.

Recuerde el texto áureo que dice: “Si fueres flojo en el día de trabajo, tu fuerza será reducida” (Proverbios 24:10)

Para poder ser buenos obreros en la obra del Señor, debemos procurar ser participantes de la naturaleza divina “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo” (2 Pedro 1:5-8)

Debemos de considerar con mucho interés y consideración, la parábola del Señor Jesucristo referente a los talentos; allí el Señor nos da a entender que los dones espirituales que representa el talento, son para trabajarlos ... “debías haber dado mi dinero a los banqueros (negociarlo = trabajarlo, hacerlo producir), y al venir yo (cuando retorne por su iglesia), hubiera recibido lo que es mío con los intereses (nuestra salvación con el producto en almas ganadas)” (Mateo 25:27).

Los dones son de mucho valor como para que los despreciemos, y son entregados para trabajarlos y no para esconderlos en tierra (Mateo 25:25), porque podemos correr el riesgo de perderlo todo (Mateo 25:28), y perder junto con ello, nuestra salvación (Mateo 25:30)




  • Talento: (moneda antigua de mucho valor, podía ser esta de plata u oro. Se estima que el talento de plata tendría un valor actual de US$135.000.- y el de oro, un valor cercano a los tres millones 377 mil dólares - Diccionario Bíblico Elemental)




El descuido del trabajo en la obra del Señor trae ruina, basta leer la parábola del hombre perezoso (Proverbios 24:30-34), aquí lo compara como un hombre falto de entendimiento (vers. 30)

Que el perezoso siempre se justifica no es cosa nueva… “Dice el perezoso: El león está fuera; seré muerto en la calle.” (Proverbios 22:13), de este modo justifica el no salir a trabajar.



Debemos de aprender de la hormiga... “Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni gobernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?  ¿Cuándo te levantarás de tu sueño? Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como caminante, Y tu pobreza como hombre armado. (Proverbios 6:6-11). Creo que nosotros valemos mucho más que las hormigas en la presencia del Señor.




Conclusión:

¿Qué enseñanza nos deja esta lección?
¿En qué deberíamos de reflexionar?

Pienso que  debemos de meditar en lo siguiente:

  • ¿Cuantos años llevo al servicio del Señor?
  • ¿Cómo está nuestra vida espiritual?
  • ¿Tenemos ánimo como para dedicar tiempo a la obra de Dios?
  • Desde que Dios me llamó al día de hoy, ¿qué labores hemos llevado a cabo y cuantas hemos dejado de hacer y por qué?
  • ¿Qué labor ejecuto hoy y si la estoy llevando bien?
  • ¿Cree firmemente que el trabajo en la piedad trae bendición?
  • ¿Qué interés tengo en trabajar para agradar a Dios y recibir bendición?
  • Que trabajo podría yo estar capacitado para llevar a cabo, y si estoy preparado para ello (para cumplir sin abandonarlo al cabo de un poco tiempo) 


¡Que el Señor Jesucristo les bendiga!

Pastor José García