El Testimonio Que Agrada a Dios




“Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad.”

“Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno.”

“Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”
(1 Juan 5:6-8)

Testificar es afirmar o probar por medio de testigos

El mundo antiguo conocía a sus profetas por el testimonio que Dios daba de ellos a través de sus obras.  

En los días de Cristo fue necesario que Juan, conocido como el Bautista, diese testimonio de Él. 

Antes de Juan salvo por el diluvio  y el suceso de Jonás, no se conocía el Bautismo; el Bautismo que llevaba a cabo Juan preanunciaba la remisión de pecados por medio de la sepultura simbólica bajo las aguas y un nuevo renacer al subir de ellas.

El Espíritu Santo hacía pregonar a Juan dando testimonio que tras él venia Jesús para bautizar en Espíritu Santo y fuego (Mat. 3:11), Espíritu para hacer de nosotros baluartes del testimonio de Cristo a través de los dones del Espíritu Santo (Hechos 1:8),  y fuego purificador para hacernos renacer en una nueva criatura libre de pecado (1 Cor. 3:15)

En los tiempos de la Ley, todo litigio se solucionaba con la presencia de dos o tres testigos... “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente.” (Hebreos 10:28, Deut. 19:15). 

Como Cristo vino a cumplir la Ley, Juan dio testimonio de Él a Israel diciendo... “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:29-37), luego dio testimonio el Espíritu Santo posándose sobre Él como paloma (Mat. 3:16), y por último una voz del cielo que dijo... “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mat. 3:17)

En la Ley el arca era conocida como el arca del testimonio (Éxodo 26:34), esto debido a que en su interior se encontraba el “maná” figura del verdadero pan del cielo (Cristo), las tablas de piedra, figura de la piedra viva que nos trajo el Evangelio de salvación (Cristo) y la vara de Aarón que reverdeció, figura de Cristo por cuanto la vara muerta “resucitó” dando frutos.

Nosotros tenemos testimonio del mundo “nube de testigos”, del Espíritu Santo... El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. (Rom. 8:16), de nuestra conciencia... “Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría humana, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.” (2 Cor. 1:12), testimonio por las obras... “que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra.” (1 Tim. 5:10)




Gracia y paz en el Señor Jesucristo
Pastor José García B.
Diciembre 23 de 2004.-